El «perfecto desorden»: Cuando el caos se vuelve productividad – El ejemplo de Spotify
En las empresas, a menudo buscamos el orden perfecto, sistemas estructurados y reglas claras para asegurar el éxito. Pero, ¿qué pasa si el verdadero motor del crecimiento no es el orden, sino un «perfecto desorden»?
Ese «desorden» ocurre cuando las personas no solo cumplen con sus tareas porque deben, sino porque quieren y pueden hacerlo. Es el tipo de ambiente donde los empleados sienten libertad para tomar decisiones, innovar y asumir responsabilidades, sin la presión de un control excesivo. En este escenario, no se trata de seguir al pie de la letra un manual, sino de confiar en el talento y la pasión de cada individuo.
Cuando las personas están motivadas y capacitadas, la energía creativa fluye y las soluciones emergen de manera espontánea. Así, el desorden se convierte en un ecosistema vibrante donde la autonomía y la confianza son la norma. Aquí es donde las empresas realmente prosperan: cuando cada miembro del equipo aporta lo mejor de sí mismo porque quiere contribuir y sabe que puede hacerlo.
Spotify, un gran ejemplo de «perfecto desorden»
Spotify, la plataforma de streaming musical, es famosa por su enfoque organizacional denominado «Squad model», que fomenta la autonomía, la creatividad y la innovación dentro de sus equipos.
En lugar de una estructura jerárquica tradicional, Spotify opera con squads, tribes, chapters y guilds:
- Squads: Pequeños equipos multidisciplinarios que funcionan como mini-startups dentro de la empresa. Cada squad tiene un objetivo claro y la libertad de decidir cómo alcanzarlo. No hay jefes que microgestionen; cada miembro contribuye según sus habilidades e ideas.
- Tribes: Son un conjunto de squads que trabajan en áreas relacionadas. Las tribes permiten la colaboración sin romper la autonomía de cada squad.
- Chapters y Guilds: Grupos que se forman según habilidades o intereses compartidos, fomentando el aprendizaje continuo y el intercambio de conocimientos.
Cómo el «perfecto desorden» funciona en Spotify
En Spotify, los squads tienen la libertad de experimentar y tomar decisiones sin esperar la aprobación de un superior. Esto crea un entorno donde la innovación surge de forma natural y orgánica, ya que cada miembro se siente responsable y motivado.
Esta estructura permite a Spotify adaptarse rápidamente a los cambios del mercado y a las necesidades de los usuarios. No hay un exceso de burocracia que ralentice los procesos; si algo no funciona, los equipos pueden pivotar de inmediato.
Los empleados no están atados a rígidas descripciones de trabajo, sino que se les alienta a explorar y proponer nuevas ideas. Esto resulta en un alto nivel de compromiso, ya que la gente trabaja porque quiere innovar, no porque tiene que cumplir un checklist.
Gracias a este enfoque, Spotify ha sido capaz de escalar su negocio rápidamente mientras mantiene un ambiente de trabajo ágil y creativo. Este ejemplo muestra que, cuando las personas tienen la libertad de actuar y las herramientas para hacerlo, los resultados superan con creces lo que se puede lograr con sistemas estrictamente controlados.
Fernando Iglesias, CEO de Madavi, nos pone otro ejemplo muy ilustrativo ya fuera del ámbito laboral:
“En los años 80, estaban en Rusia viendo cómo conseguían que hubiese pan todos los días y no hubiese cola, que no parece tan difícil, pero es que alguien lo intentaba organizar. Mandaron a Inglaterra a una persona para ver cómo funcionaban las panaderías, y funcionaban perfectamente; no había colas, contaban con variedad de producto y nunca se acababa el pan. Total, que esa persona fue a hablar con los responsables de la panadería y les preguntó: ¿Quién organiza todo esto para que funcione? Y le dicen: Nadie, por eso funciona. Eso es perfecto desorden, cuando la gente hace lo que debe porque quiere y puede, y lo mismo pasa en las organizaciones”.
Cómo lo hace Madavi
¿Y cómo lo consiguen las empresas? «Cuando yo hablo de perfecto desorden me miran raro; ¿cómo no van a mirar? ¿Por qué? ¿Este quién es? ¿Este qué dice? Ahora bien, si tú le preguntas a una persona: Cuéntame un momento que diste lo mejor de tí mismo en equipo; un momento del que te sientes muy orgulloso de lo que hicisteis, siempre es perfecto desorden”.
Cuando en una empresa preguntas a la gente quién piensa que la empresa tiene que cambiar, todos levantan la mano. Cuando preguntas quién tiene que cambiar, siempre señalan a otro. ”En realidad, el cambio es más fácil de hacer desde aquellos que no tienen poder, pero que son los que de verdad generan el valor”.
Los que no tienen ese poder son la mayoría de la compañía y ahí es donde el equipo de Madavi empieza a generar el cambio. Nos ocupamos de que se produzca el perfecto desorden, que consiste en generar tal nivel de independencia que las personas puedan tomar decisiones con autonomía, al margen del camino trazado por el equipo directivo.
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