Activar el potencial: El éxito en un proceso de transformación
Una empresa está formada por personas, ideas, recursos, valores y capacidades que, bien gestionadas, pueden dar lugar a resultados extraordinarios. En lugar de centrarse únicamente en lo que falta o lo que no funciona, el enfoque debe dirigirse hacia lo que ya está disponible y puede ser potenciado.
- Habilidades del equipo: Identificar las fortalezas individuales y colectivas para alinearlas con los objetivos empresariales; con su visión de futuro.
- Innovación desde dentro: Promover una mentalidad de curiosidad y creatividad que transforme retos en oportunidades.
- Cultura organizacional: Crear un entorno donde las personas quieran dar lo mejor de sí mismas porque sienten que pueden hacerlo. Y además, hacerlo todos (acción colectiva) y simultáneamente para darle velocidad al proceso de cambio.
Del «prueba y error» al «prueba y acierto»
El tradicional enfoque de «prueba y error» implica asumir que los errores son el principal motor del aprendizaje. «Este sistema es adecuado para máquinas, pero en un sistema vivo no hay nada roto», afirma Fernando Iglesias.
Un cambio sutil pero profundo hacia el «prueba y acierto» redefine el proceso: se trata de aprender de los éxitos, por pequeños que sean, y construir sobre ellos.
- Interación positiva: Identificar lo que funciona bien y replicarlo de forma estratégica.
- Mentalidad de abundancia: En lugar de buscar soluciones a lo que falta, se trabaja con lo que ya está disponible y se expande su impacto.
- Crecimiento colectivo: Enfocar los esfuerzos en las áreas donde los equipos ya destacan fomenta confianza y motivación.
Los empleados como catalizadores del potencial
La clave para activar el potencial de una empresa reside en sus empleados. Cuando son ellos mismos quienes identifican, promueven y expanden las oportunidades dentro de la organización, los resultados son mucho más sólidos y sostenibles.
- Compromiso genuino: Los empleados que sienten que tienen un rol activo en el éxito de la empresa se involucran más y están dispuestos a aportar soluciones creativas.
- Mayor cohesión: Un equipo que trabaja para potenciar lo positivo genera un entorno de confianza y cooperación.
- Resultados medibles: Estudios muestran que empresas con empleados comprometidos logran hasta un 21% más de rentabilidad y un 17% más de productividad.
Transformar la organización desde lo que sí se tiene
Activar el potencial de una organización desde la abundancia no es solo un ejercicio práctico, sino también filosófico, e incluso es un estilo de vida que transciende el ámbito laboral. Este enfoque fomenta una cultura de colaboración y confianza, donde los empleados se sienten empoderados para contribuir. Además, este modelo permite:
- Reducir la resistencia al cambio, al centrarse en lo positivo.
- Agilizar la toma de decisiones al identificar rápidamente lo que ya está funcionando.
- Fomentar una mentalidad de crecimiento continuo en toda la organización.
En definitiva, una empresa no necesita ser reparada, sino descubierta y empoderada por sus propios integrantes. ¿Qué pasaría si miráramos las organizaciones desde su potencial, y no desde sus limitaciones? Probablemente, el éxito sería una constante, no una meta lejana. Como muestra la imagen de la cabecera de este post: no es mierda, es abono.