Nuestro propósito para 2024: ¡Hacer un mundo más apreciativo!
¡Hacer un mundo más apreciativo! Ese es nuestro propósito y deseo para 2024.
¿Qué es lo que une a las empresas y a las personas? Ambos necesitan un propósito. Sin un propósito claro, las empresas no tienen una dirección definida y las personas se sienten perdidas en su vida personal y profesional. Un propósito no tiene que ser algo grandioso como salvar el mundo, pero sí debe ser algo que inspire a las personas a levantarse cada mañana y trabajar con pasión. Las empresas con un propósito claro también son más atractivas para los clientes y los empleados, lo que se traduce en un mejor rendimiento.
El propósito de Madavi es hacer un mundo más apreciativo. Que más personas se beneficien de esa cosa tan maravillosa que se llama “la abundancia” y que simplemente es ver lo mejor de lo que hay para hacerlo más y mejor; ver la oportunidad; lo que Sí se tiene; lo bueno que ya existe… qué podríamos hacer… «Que no es mierda, siempre es abono”, como siempre decimos. Es ver lo extraordinario en lo ordinario.
¿Qué es un mundo apreciativo?
¿Qué es un mundo apreciativo? ¿Un lugar donde todos se dan abrazos y cantan canciones? ¡Claro que no! Un mundo apreciativo es aquel en el que se valora y reconoce la importancia de las cosas buenas que suceden a nuestro alrededor. Es un mundo en el que la gente no se enfoca en lo negativo, sino que celebra y aprende de lo positivo. En un entorno laboral, es un mundo en el que las personas reconocen y aprecian las cosas que se han hecho bien. No significa que todos tengan que ser felices todo el tiempo, pero sí implica que debemos enfocarnos en lo bueno y no darlo por sentado.
¿Qué tal si te dijéramos que ser más apreciativo y valorar lo que SÍ tenemos es beneficioso para las personas y el negocio? Se traduce en mayores niveles de motivación y productividad en el trabajo. Así que, ¡no subestimes el poder del aprecio!
Cómo una cultura corporativa apreciativa beneficia al negocio
Una cultura apreciativa no solo es buena para el ambiente laboral, sino que también tiene beneficios directos en el rendimiento del negocio. En primer lugar, si indagamos lo que se ha hecho bien, y lo compartimos y replicamos, el resultado será excepcional. Más gente y más veces haciendo bien las cosas. La simultaneidad genera velocidad. Y así, manteniendo esta dinámica en el tiempo, el sistema se transformará de forma continua y natural, y las aspiraciones se convierten en el “nuevo normal”.
Por otra parte, reduce la rotación de personal. Cuando los empleados se sienten valorados y apreciados, y ven que se les tiene en cuenta -porque en una cultura apreciativa todas las personas son importantes- es menos probable que busquen otro trabajo. Además, una cultura apreciativa aumenta la productividad y la creatividad de los trabajadores. Cuando las personas se sienten importantes, libres y felices en su lugar de trabajo, pueden enfocarse mejor en sus tareas y encontrar libremente soluciones innovadoras. Finalmente, una cultura corporativa apreciativa se impregna en toda la organización y así llega al cliente, lo que se traduce en una mejor imagen de empresa, más positiva.
No se trata de abrazar árboles o cantar Kumbaya, sino de entender que somos parte de un todo y que nuestras acciones tienen consecuencias.
¿Y cómo lo hacemos en Madavi?: A través de nuestros principios.
Nuestros principios para crear un mundo más apreciativo
Nuestro principio más importante es la libertad; es fundamental y es lo que de verdad permite que la gente actúe con autenticidad. La libertad quiere decir que los que están, están porque quieren. Este valor no es para nosotros solos, es también para nuestros clientes; de hecho, el éxito que Madavi vive en todos los proyectos se debe a que todo el mundo ha actuado desde la libertad. sus empleados hacen lo que deben porque quieren y pueden.
El segundo principio es la confianza; la confianza es brutal y es lo que nos da alas. Cuando hay mucha confianza, se vive muy bien, todo fluye. Y si no existe esa confianza, no hay nada. ¿Cómo podemos hacer un proceso de cambio, por ejemplo, que requiere un nivel de complicidad espectacular, si no confiamos los unos de los otros?
El tercero, la energía. Mantenemos una actitud incondicionalmente positiva. La energía es la capacidad de generar movimiento. Eso sí, si hay energía y no hay confianza, no nos movemos. Cuando hablamos con un cliente, siempre le prometemos dos cosas en cualquier interacción: que va a salir con más energía de la que llegó y que va a aprender algo que le será útil. Eso es Do good to do well (el cuarto principio). Es querer beneficiar al otro en cualquier interacción. Y cuanta más energía das, más recibes.
El quinto principio es la abundancia, de la que ya hemos hablado. Ponemos atención en lo mejor y siempre encontramos mucho. El sexto, la simultaneidad, es decir, actuamos sobre todo el sistema y todas las personas, y así se genera velocidad. Y el último, la ecuanimidad. Nos relacionamos con cada persona con el mismo nivel de entusiasmo y colaboración. Porque todos somos importantes.
Hacerlo con muchos
Y -claro- para crear un mundo apreciativo es necesario conseguirlo con muchos. Nosotros somos pocos, pero nuestros clientes son muchos, y por tanto, lo que hacen es proporcionarnos recursos, alegría, capacidad de aprender y ejecutar nuestro propósito. ¡GRACIAS!