Organizaciones positivas, “agentes del cambio” para un mundo mejor
¿Qué es una organización positiva? En este blog, hemos hablado en numerosas ocasiones sobre este tema. Una organización positiva hace preguntas sobre lo que funciona bien, lo que da vida y lo que inspira.
Las organizaciones positivas aprecian lo mejor de lo que hay: las fortalezas, los recursos, las oportunidades. Se focalizan en explorar y descubrir los momentos de mejores resultados mediante la indagación y a visualizar nuevos potenciales y oportunidades desde la combinación del conocimiento colectivo.
No ven el vaso medio lleno ni medio vacío, sino que investigan qué hizo que entre el agua para desbordar el recipiente.
Los beneficios de indagar las fortalezas
Son innumerables los beneficios que tiene el indagar las fortalezas de las personas en el lugar de trabajo; mejora la comunicación, la creatividad y el compromiso de los equipos, pero también otros que tendemos a pensar que solo son relevantes en el ámbito personal, como el entusiasmo y el amor.
Cuando los empleados están empoderados para aplicar sus fortalezas en el trabajo, se sienten más felices. Y se ha demostrado que esta felicidad toma la forma de pasión, bienestar, satisfacción y energía.
Las personas a las que se les brinda la oportunidad de aprovechar sus fortalezas también se sienten más efectivas, lo que facilitará estados de compromiso y sentido de autoestima.
Por si no fuera ya suficiente, las fortalezas se relacionan directa e indirectamente con una variedad de resultados que contribuyen al resultado final de una empresa, incluidas la consecución de objetivos y el desempeño laboral general.
El proceso para aplicar con eficacia las fortalezas de los empleados en la organización se conoce como Indagación Apreciativa, que es la metodología que utilizamos en Madavi.
Como decíamos al principio de este artículo, en este blog, hemos hablado en numerosas ocasiones sobre este tema; hoy queremos introducir un matiz nuevo que plantean los padres de la Indagación Apreciativa, David Cooperrider y Lindsey Godwin:
¿Podemos diseñar y trabajar con instituciones positivas no como clientes sino como “agentes de cambio” para ampliar nuestras más altas fortalezas humanas en el mundo y utilizarlo como una fuerza para el beneficio mundial?
En lugar de huir de las grandes instituciones, “¿no deberíamos ayudarles, si nuestro objetivo es construir un mundo mejor en nuestra sociedad a través de las organizaciones?”, nos preguntan.
Las instituciones positivas son, como las definen, “organizaciones y prácticas estructuradas en la cultura o la sociedad que sirven para elevar y desarrollar nuestras más altas fortalezas humanas, combinar y magnificar esas fortalezas, y refractarlas hacia el exterior en formas de beneficio mundial”.
Por ejemplo, “así como los petroleros dejan grandes estelas en el océano, ¿podrían los mercados globales de capital, como institución, convertirse en una de las fuerzas más positivas para el bien del planeta?”.
Argumentan estos autores que la libre empresa y la innovación y el espíritu empresarial que desencadena y nutre, es uno de los sistemas más poderosos para la cooperación social y el progreso humano jamás concebido. “Pero podemos y debemos aspirar y apuntar aún más alto”.
Este es el reto de nuestro tiempo para mejorar; para lograr una sociedad más humana, justa, igualitaria y social y medioambientalmente responsable.